miércoles, 17 de septiembre de 2008

La participación de los empleados




Antes que nada permitirme agradecer al compañero Francisco Manuel Rangel Pardo, la creación de este blog, el cual es un medio que nos brinda la oportunidad de comunicarnos, ya no solo entre las personas que formamos esta organización, sino también entre todas aquellas que se acercan al mismo.



En mi primera aportación a este blog me gustaría hablar acerca de un elemento que en mi opinión es de vital importancia para el éxito de cualquier empresa: la participación de sus empleados.


Todo aquel que haya visto la película “Tiempos Modernos” del gran Charles Chaplin, no olvidará a ese empleado de una fábrica que soportaba la parte negativa de la modernización de las empresas en el siglo veinte, con una organización del trabajo basada en la producción en cadena, donde el empleado se veía limitado a obedecer las órdenes de su superior.


Sin embargo, para el buen funcionamiento de una empresa, poco aporta un empleado frustrado o resentido contra su superior o contra la organización. Desde la dirección se debe saber que los empleados son el motor de las organizaciones y juegan un papel decisivo en los procesos de mejora continua, ya que ¿quién sabe mejor que los empleados que es lo que no funciona y de qué forma se podría solucionar?


La antigua creencia de que las ideas que hacen crecer y desarrollar una empresa son patrimonio exclusivo de sus directivos está equivocada, las ideas de los empleados, basadas en su conocimiento y experiencia, son de gran valor después de que la organización las asume y desarrolla.


Buscando la productividad, ningún directivo dejaría de utilizar un espacio de la fábrica ni una cantidad de dinero, sin embargo, muchos únicamente utilizan una pequeña fracción del conocimiento disponible en la empresa. Con la participación de los empleados se está consiguiendo la optimización de los recursos, su implicación conduce a la consecución de una mayor competitividad de la empresa, ya que intervienen directamente en su mejora, además de favorecer la comunicación y colaboración entre los diferentes niveles y miembros que la forman.


Pero generar esta cultura de participación dentro de las organizaciones, es un desafío tanto para las empresas como para los empleados, ya que requiere que los trabajadores sean innovadores, autónomos y tengan iniciativa propia. Y aunque en un principio se piense que determinados trabajadores no poseen estas capacidades, conseguir que las desarrollen depende de un correcto clima laboral donde la organización debe demostrar que tiene confianza en el trabajador para escucharle y animarle a que siga aportando ideas, haciéndole saber su importancia, demostrando que la empresa se toma en serio su opinión estudiando sus sugerencias, y en todo caso, explicando detalladamente los motivos para aprobarlas o rechazarlas, así como felicitar a sus autores e incluso premiarles dándoles la oportunidad de progreso, permitiéndoles llegar a determinados puestos de responsabilidad.


Un aspecto importante a señalar, es que la participación de los empleados es aplicable en cualquier empresa independientemente de su tamaño. Pero las pymes cuentan con una ventaja, y es que la información sobre la empresa y la asignación de los recursos necesarios están más cercanos y accesibles al trabajador.


Así pues, del modelo tradicional de organización donde la dirección lo sabe todo y cualquier actuación necesita la supervisión del jefe, se pasa a un modelo de organización inteligente donde la dirección se transforma en coordinador, sentando las bases para el diálogo, el trabajo en equipo y fomentar el aprendizaje continuo de unos trabajadores orientados a pensar, no solo a hacer.


En definitiva, si los empleados de una empresa ayudamos a que esta crezca, directamente estamos ayundándonos a crecer nosotros mismos.

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