Cuidados para tener unos pies sanos
Los pies son una de las partes más castigadas del cuerpo, sobre ellos permanecemos apoyados la mayor parte del día y con ellos llegamos a caminar más de 12.000 kilómetros a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, generalmente no se les presta la suficiente atención, descuidamos el tipo de calzado y, hasta que no se presenta alguna dolencia, no acostumbramos a acudir al podólogo.
Callos, juanetes y otras dolencias del pie.
Los callos. se producen por roce, presión o comprensión, y generalmente afectan más a las mujeres.
Cuando el calzado no se ajusta a las estructuras del pie e impide el desarrollo de palanca que ejercen los dedos se pueden formar callos. Éstos se producen por roce, presión o compresión, siendo la presión más evidente en el sexo femenino ya que el uso de los tacones hace que el peso se desplace hacia el metatarso que tiene que responder a un exceso de trabajo.
Por otra parte, la presión lateral a la que son sometidos los dedos hace que se formen los ojos de gallo, o callos interdigitales, que amenazan a los dedoss a que abandonen sus espacios para desencadenar una serie de patologías como los dedos en martillo, juanetes o dedos en garra.
Otro de los problemas que puede sufrir el pie son las grietas en el talón, originadas fundamentalmente por la anhidrosis (ausencia anormal de sudoración en respuesta al calor). A pesar de que el talón está diseñado para absorber cada impacto con una gran red de celdillas grasosas, si éste no está lo suficientemente hidratado, el contorno se pellizca y se rompe. Las grietas también se deben a los calzados con contrafuertes blandos que permiten desplazamientos de lateralidad, a cambios hormonales o a algunos tratamientos médicos. Si las grietas no se tratan de inmediato pueden llegar a ser muy profundas e incluso a infectarse.
El pie de atleta
Después de la ducha es importante secarse bien y no dejar zonas húmedas. Es muy recomendable usar para ello el secador del pelo, ya que el aire caliente nos ayudará si no podemos hacer bien esta acción.
El pie de atleta es un tipo de micosis –enfermedad de la piel producidas por hongos- cuya presencia se detecta por la aparición de picor, lesiones rojizas, sensación de quemazón así como grietas o descamación y pequeñas ampollas en la piel de entre los dedos. Al ser una enfermedad contagiosa, es necesario extremar la higiene y evitar caminar descalzo en lugares muy concurridos o con humedad. Después de tomar una ducha o un baño es necesario secarse bien para evitar dejar zonas húmedas, sobre todo insistiendo en las zonas de pliegues y entre los dedos, además de no intercambiar ropa, como pantalones de deporte o bañadores, ni toallas, y extremar las precauciones si están húmedas.
El mal olor en los pies
El uso de desodorantes no está indicado ya que no son muy efectivos.
La bromhidrosis o mal olor en los pies viene dada por una hipersudoración de éstos y una descomposición bacteriana. Esto se produce porque el pie esté sometido a un estrés constante al pisar mal, por el uso de calcetines y medias con fibras sintéticas o por el empleo de calzado que no reúne las condiciones adecuadas y en el que cada vez se usa y abusa más de gomas y licras.Algunas personas también sufren bromhidrosis porque tienen problemas psicológicos que hacen que su sistema nervioso neurovegetativo se ponga en guardia. En este caso, el tratamiento puede incluso llegar a la cirugía mediante simpatectomía torácica con unos resultados que se acercan al cien por cien. En líneas generales, el podólogo aconseja hacer un tratamiento controlado con los antitranspirantes, así como una buena higiene del pie y, a ser posible, una limpieza del interior del calzado. Por otro lado, desaconseja el uso de los desodorantes, que sólo se limitan a evitar el mal olor, si es que lo consiguen.
El cuidado de las uñas
Habitualmente el especialista recomienda que las uñas se corten rectas para evitar que éstas se introduzcan en el dedo. Sin embargo, el podólogo deberá decidir ante cada caso concreto la manera idónea de cortarlas.Con respecto al esmalte de uñas, el especialista advierte de que las uñas son órganos sumamente permeables por lo tanto, a pesar de que los esmaltes son cada vez más inocuos, es conveniente dejar que las uñas transpiren y se oxigenen y no llevarlas continuamente pintadas.
¿Cuándo acudir al podólogo?
No se suele ir al podólogo hasta que se detecta un problema.
Normalmente no estamos mentalizados sobre los desórdenes de salud que nos pueden acarrear los pies y pensamos que si no tenemos problemas no es necesario acudir al podólogo. Sin embargo, en muchas ocasiones, las dolencias en otras partes del cuerpo se deben a que “nuestros cimientos no reciben las fuerzas de gravedad para los que fueron diseñados o porque los zapatos que utilizamos habitualmente no son los adecuados”. Así pues, es preciso permanecer atento a nuestros pies y vigilar la aparición de cualquier anomalía como rozaduras, callos, heridas, etc. Especial precaución deben tener los enfermos de diabetes y algunos profesionales cuyo trabajo les obliga a permanecer mucho tiempo de pie. Es el caso de los trabajadores del sector de la hostelería, que están sometidos a unos desplazamientos en lateral en poco espacio y durante muchas horas, así como las peluqueras, por la estática en bipedestación y sin actividad, o las enfermeras por el uso continuado de los zuecos.
domingo, 28 de septiembre de 2008
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Es importante acudir al podologo para revisar los pies me parece un articulo muy interesante y hay que revisar los pies con regularidad, antes de no poder caminar y ver lo importantes que son nuestros pies. Buen articulo Paco. Enorabuena compañero.
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